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Camino a Rosh Hashaná part 1


MY Judaísmo vivencial/ Liderazgo)

Estamos entrando a una época muy especial de crecimiento personal: se acercan los días más sagrados del calendario judío; ese momento del año que nos permite hacer un corte para visualizar nuestros avances y reflexionar sobre las áreas de oportunidad que tenemos. El tiempo vuela y es importante tener en mente que para sentirnos llenos, debemos hacer que cada minuto cuente.

Elul, el mes previo a Rosh Hashaná, es un momento que justamente nos permite dedicarnos a realizar una autoevaluación. Vale la pena hacer partícipe a toda la familia y generar dinámicas que establezcan este ambiente previo a las festividades.
Dentro de esta tónica, Stephen Covey, autor del libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, plantea algunas ideas para mejorar y generar un liderazgo, primero interno, mismo que después será traducido a los demás.
Covey plantea que ser un líder es ayudar a las personas a ver su potencial e inspirarlos a ejercerlo, entendiéndose que primero debo trabajar en mi persona para poder impactar positivamente a los otros.
Los 7 hábitos los podemos utilizar para asumir un liderazgo y plantear una estrategia para abordar la época en la que vivimos. Revisemos uno por uno, esta semana iniciaremos con los tres primeros:
Hábito 1 . Ser proactivo
Este hábito está relacionado con la responsabilidad: la concientización es el primer paso, si nos reconocemos como seres perfectibles y así se lo transmitimos a nuestros hijos, podremos abrir caminos desde la humildad para analizar lo que hemos hecho en forma correcta y, de esta manera, hacernos cargo de lo que no llevamos a cabo de la mejor forma.
“Yo tomo responsabilidad y me hago cargo, reparo para bien mío y de los demás”.
El paradigma de este hábito es la autodeterminación con la que contamos para transformar nuestra realidad.
Un buen comienzo es sentarnos en familia con los niños y abrir la plática con ejemplos concretos.

Hábito 2. Empezar con el fin en la mente
Una vez llevado a cabo el análisis inicial, nuestro jeshbón nefesh, deberemos enfocarnos en las acciones a realizar para poder mejorar nuestra situación: ¿con qué y con quiénes tengo que platicar? ¿Qué acciones quiero llevar a cabo que me permitan entablar mejores relaciones? Lo anterior me permitirá darle un sentido a mi vida, ayudando a contar con un plan para hacer el bien a los demás y elevarme.
“Cada día en forma consciente realizaré algo que ayude al otro o que me acerque a Hashem”.
Podemos determinar con los niños una lista de acciones que nos conduzcan a ser más empáticos con nuestros semejantes. Juntar ropa que ya no usamos y regalarla a familias que le puedan dar uso; hacer despensas y llevarlas a personas enfermas; mandar un dibujo a personas de la tercera edad que estén solas en casa. Estos son algunos ejemplos de buenas prácticas para elevarnos.

Hábito 3. Poner primero lo primero
Ahora es momento de establecer cuáles serán mis primeras acciones, las más importantes. No es de nuestro interés dar un salto exponencial en nuestra forma de actuar, simplemente hay que dar los primeros pasos que nos permitan crecer como personas. Podemos iniciar con regalar una sonrisa a tres personas en forma consciente a diario, en ser amables con la primera persona que me saluda por la mañana y así ir creciendo a través de estos pequeños pasos que nos impulsan a desplegar nuestra grandeza.
“Si tengo un plan es más sencillo lograr mi fin en la mente”.
Basta con establecer con los niños las acciones diarias o semanales para lograr nuestros objetivos, enseñarles que dentro de nuestro día a día hay que dar ese espacio para llegar a nuestras metas personales. Elige hacer un acto amable al día, ahórrate una respuesta hiriente, regala una sonrisa más cuando te sientas agotado y con ganas de gritar.
Shabat shalom umeboraj!
Referencia:
Covey, S. R. (2005). LOS 7 HABITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFECTIVA (1a. ed.). Barcelona: Paidós Ibérica.









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