Un campamento virtual inolvidable

Ir de campamento en la primaria, es tradición en el mes de febrero; siempre nos preparamos, comemos muchos dulces y compartimos 2 noches en algún lugar del campo afuera de la CDMX. Son días muy intensos y muy divertidos.
Este año para no romper con esa tradición el equipo de primaria organizó un campamento virtual los días 18 y 19 de febrero. Fue mucha organización y tuvimos gran apoyo de todos los integrantes, pero esta vez nos ayudaron con muchas ganas y entusiasmo alumnos de la preparatoria para no dejar a un lado la figura del consejero o madrij que tanta unión hacen en estos eventos.
Empezamos con una noche de campamento en la cual la mayoría de nuestros niños acamparon en algún lugar de su casa, ya sea en la sala, en el cuarto, o hubo algunos que inclusive se salieron al jardín. En esta actividad cada equipo creó su porra o nos contaron algunos chistes; tuvimos la tradicional historia de terror y cada uno llevó desde chocolate caliente hasta bombones quemados. Fue un momento de mucha convivencia y plática entre todos.
Al día siguiente las morot llevaron a cabo la tfilá general como se hace en el campamento (en la cual la mayoría de los niños va en pijama), se pasó un video recordando momentos de nuestros campamentos anteriores e hicieron un desayuno con formas de caras alegres celebrando el mes de adar, mes de la alegría.
Los madrijim entraron en acción y les organizaron a los diferentes grupos juegos según las edades y un rally. El entrar a los diferentes grupos y ver la alegría y diversión de los niños, nos recuerda lo mucho que nos hace falta el estar juntos y en contacto; sin embargo, a pesar de la virtualidad, logramos conectarnos y disfrutar los momentos.
Gracias a todos los que hicieron posible y me ayudaron con la organización.
Sin duda, un evento de liderazgo completo, donde se aplicaron los 7 hábitos de LIM continuamente pero definitivo se “Afiló la sierra” en las tres dimensiones: cuerpo, corazón y espíritu.
Un agradecimiento especial a los padres de familia que sin su apoyo y entusiasmo en casa no hubiera sido igual.
Sara Menassé